17 de agosto de 2012

Tantas veces


Con ella pasé tardes inolvidables, momentos interminables. La abracé tantas veces, la estreché y apretujé contra mi, tantas veces, la miré un millón de veces; por una eternidad de tiempo inagotable. La soñé tantas veces que pasó al plano de lo ordinario dormir y verla. Dormir era estar con ella, dormir era soñar, dormir era pasar miles de aventuras juntos. Pasar aventuras quizá una y otra vez, repetir lo sueños más nunca repetir el momento. Era seguro dormir y vernos.
Coincidimos tantas veces, uni-hablamos tantas veces... que llegó a darnos miedo. Terminar y adivinar los pensamientos del otros se volvió algo ordinario, era simple. Increíble quizá... pero ya ordinario para ambos. Fueron tantas veces. No me cansé de mirarla.

Fueron noches de desvelo, madrugadas de viaje, mañanas de recorrido, todo, sólo por ella. Noches de mucho agotamiento, pero el cansancio no impedía un beso de despedida, un te amo de bienvenida. Nada me parecía desatinado. Todo sólo por ella, locuras solo por ella. Vaya que hicimos locuras de verdad. Estábamos locos, y creo que la locura no se cura. Yo no sé si conserve mis regalos y mis cartas, cartas con tanto amor que le escribí y me escribió. Una época dónde la comunicación fue difícil. Días sin vernos, incluso semanas. Eran eternos lapsos de tiempo.
La toqué tantas veces, sentí sus manos un millón de veces y no me aburrí de tocarla.
La levanté y la cargué como a un bebé, y la amé. La besé..., no puedo decir un número. Eran tardes inagotables sólo besando sus labios. Siendo un par de tontos mirándonos el uno al otro. A veces, sólo nos mirábamos, era el mejor entretenimiento, nada mejor no había. En lapsos la besaba, en lapsos la miraba, en lapsos la mordía, en lapsos la admiraba, en lapsos la soñaba, en lapsos la tocaba, en lapsos la abrazaba, en lapsos.

Éramos jóvenes y tontos, jóvenes e in-experimentados, descubriendo el camino del amor. Fuimos rápido y mal, fuimos apresurados y fatal... eramos tontos, y el mundo era nuestro juguete. Nos amábamos, eso ella no lo negará pues sinceridad hubo... y dejando de fuera la sinceridad, el sentimiento estuvo. Nos amamos, es verdad. Confusión, aturdirse, desintegración; factores creados a partir de la estupidez. Todo se derrumbó. Dolió y permaneció. En nuestras vidas hubo un antes y un después de nosotros. Antes de ti. Después de ti. Hoy es martes, y no diré que la pienso y la extraño igual que en aquellos sábados. Lo que puedo decir es que ha pasado mucho tiempo, y hoy es martes.

Me tocó, me acarició, me besó, me miró, me amó, me extrañó, me quiso, me abrazó... tantas veces, tantas veces.


La toqué, la acaricié, la besé, la miré, la amé, la extrañé, la quise, la abracé... tantas veces, tantas veces.



Y otra vez, él me contó otra historia mientras dormía y soñaba.
No le contesté nada.
Nada le dije.
Nada.

3 comentarios:

  1. Ella, significo mucho. Hoy es viernes y trato de entender lo que pensaba el martes del sábado, aunque siento que los demás días están recelados... y domingo enamorado esta

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  2. nada le dije nada, :D k lindo!!!

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  3. Muy bello, y sublime petter y Lib

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