12 de abril de 2009

MANIFIESTO



Hola


...

Lo que están apunto de leer podría simplemente definirse como un capricho adolescente para aquellos críticos sin capacidad de razonamiento profundo y racional o con ganas de cambio en una sociedad rutinaria.

Se trata pues, de una carta redactada especialmente al director de mi institución educativa (CETis 41) en donde explico los porqués de la misma. Quiero anticipar que mi problema en sí son las normas contra el uso uniforme del cabello, puesto que desde temprana edad siempre e tenido el gusto por el pelo largo, cabe destacar que en la primaria tenía este problema, después en la secundaria se consolidó pero no obstante no pude hacer nada (por mi nivel de maduración mental) pero sirvió para forjarme y hacerme un pensamiento propio, racional y de alguna forma un ataque contra esta nuestra sociedad, y todo esto para culminar en donde ahora estoy estudiando mi etapa de bachiller, donde por fin decidí declarar mi ideas:




"C.P. JOSÉ LUIS AGÜERO GONZÁLEZ

Director del Centro de Estudios Tecnológicos Industrial y de Servicios No. 41

Me dirijo a usted por este medio para defender mi caso y al mismo tiempo proponer una modificación necesaria en el reglamento. Como ya se habrá enterado se me ha llamado la atención repetidas veces, debido a que me he estado resistiendo a cortar mi cabello. No obstante esta resistencia no se trata solamente de un capricho adolescente si no de la manifestación de mis ideales, los cuales deseo expresárselos a usted, no con el afán de justificar mi comportamiento subversivo si no con el deseo de promover un cambio positivo.

En el reglamento escolar en la sección de obligaciones de los alumnos en los artículos 8 y 9 se menciona esto: “portar el uniforme escolar completo y la credencial siempre a la vista durante su estancia en el plantel”, “tener una presentación personal adecuada al ambiente educativo, los varones cabello corto y aliñado, sin tinte, sin objetos en la cara u orejas; las damas: cabello peinado sin tintes extravagantes”. Tal como se menciona aquí, se debe portar una imagen adecuada al ambiente educativo, pero ¿qué es el ambiente educativo? ¿Un lugar donde existe la atmósfera para favorecer la educación, o para entorpecerla? ¿Es la libertad de expresión un entorpecedor de la educación? ¿Es, en realidad, el uso del cabello ‘corto y aliñado’ un elemento para favorecer al clima educativo o se trata solamente de un requisito más para mantener una buena imagen que vender? Considero que esta escuela tiene el suficiente potencial como para poder prescindir de esas artimañas de mercadotecnia, y en lugar de mostrar fachadas o ‘buena imagen’ es capaz de demostrar con resultados su calidad.

¿Por qué, entonces, insistir en que los alumnos deban llevar esa imagen de uniformidad? Podría ser que ese sea el estereotipo clásico del hombre de bien que vive en una sociedad civilizada que este plantel desea formar. Un estereotipo que me veo en la obligación moral de cuestionar, puesto que no es lo que este sistema hace, no está formando a los hombres de bien del futuro, sino que, con esa doctrina forma hombres reprimidos y mediocres, componentes de la maquinaria social a la que estarán dispuestos a pertenecer sin cuestionarla o comprenderla. En otras palabras, se crea una atmósfera estéril para los libre-pensadores, en la que se impone la rutina y la estética como valores que merecen más consideración que la valentía de defender los ideales y visiones particulares, creando un ambiente propicio para el sentido común, sin posibilidades de cultivarse un sentido propio.

Así, cabe destacar que en la historia han sido los libre-pensadores, aquellos personajes ilustres que han sido perseguidos, en principio por su carácter subversivo y por las cuestiones que planteaban acerca los sistemas establecidos en cualquier área, los que han forjado, al fin y al cabo, la historia de los avances de la sociedad y las ciencias.

Pero, concretando la cuestión a este caso en particular, que se trata, específicamente del cabello, está de más aclarar que su longitud no es indicador ni de inteligencia, ni de moral, ni de seriedad, ni de algún otro valor que se deseé inculcar. En mi caso, y así se puede corroborar en mi expediente educativo, soy un alumno con un muy buen aprovechamiento escolar, buena conducta y he representado a esta institución en eventos a nivel nacional. Con lo anterior quiero dar a entender que no soy alguien de quien avergonzarse, no soy un alumno que de un mal ejemplo a sus compañeros o atente contra los intereses de la institución.

No deseo ser, el ejemplo ni el ícono de aquellos que se oponen a las normas por mero capricho. Sino que soy más bien solo un alumno con metas definidas y planes a futuro claros, con ideales progresistas y ansias de cambio y renovación. No me opongo al uso de uniformes, pues estos nos otorgan identidad como miembros de una institución educativa de la que debemos estar orgullosos, sino al concepto de uniformidad que transgrede la libertad de expresión y de individualidad. Aclaro, también, que no apruebo, necesariamente, las extravagancias de las modas, como los piercings o tintes estrafalarios, por considerar que también debe existir moderación en cuanto a la imagen que portamos y mostramos.

Deseo, pues, proponer que esta norma sobre el cabello sea, si no vedada, cuando menos modificada, de modo que exista la libertad para que haya permisión sobre el cabello sin socavar la imagen de la institución. Quizá cierto salvoconducto para aquellos que demuestren con hechos, en sus calificaciones y conductas, que merecen esa libertad, que se han ganado esa libertad. Considero que la libertad en el cabello es una cuestión inofensiva para el ambiente educativo y que puede ser modificada su mención en el reglamento.

Esperando que estas ideas no sean ignoradas y que mi voz sea tomada en cuenta, termino este escrito con un atento saludo y manifestando el deseo de ser escuchado y tomado en cuenta.

Atte. Pedro Torres Camorlinga."



Finalizo esta entrada con un saludo a todos los lectores, y si tienen algo que opinar al respecto no duden en dejar sus comentarios.

Cinismo…

“Estas son mis ideas, y si no te gustan tengo otras” (Alusión a Groucho Marx)



4 comentarios:

  1. creo que si estas un poco molesto por el reglamento escolar, es bueno pensar que alguien se preocupa por eso, lo que me intrigo un poco fue la seriedad o formalidad para hablar de un tema en cual las palabras deben d fluir sin ninguna limitacion o piedad, por asi decirlo, la verdad escribiste como una articulo periodistico con excepcion de que fuiste directo y explicito, cuando solo se trata de una opinion independiente aqunque favorable y razonable para todos de esta edad.
    escribes bien.
    vale se me termino el tiempo
    saludos
    G

    ResponderEliminar
  2. Jeje, está curiosa tu carta.

    No te expresas mal para tener tu edad, la verdad me sorprendiste un poco.

    Aunque creo que repites demasiado el asunto a tratar, y como ha comentado el compañero de "aquí arriba" formalizas un tema que debería fluir sin ningún problema, por otro lado, tus bases para defender tu postura son tan ingenuas como validas.

    Eso es todo, aplaudo esa actitud y la celebro.

    Un saludo afec..defectuoso.

    ResponderEliminar
  3. Interesante tu escrito, me parece muy bien redactado y con bases fundamentadas, ademas, me parece sorprenderte decirlo pero, opino lo mismo que tu, tan en el cabello, como en el estereotipo que se quiere imponer en la escuela.

    Ademas de que pienso que si se dieran mas libertades a los alumnos, aunque sea a los de alto promedio, el nivel académico seria otro.

    Espero y te hayas animado a mandar el escrito, no es tarde si no lo has hecho, tienes mi apoyo.

    A por cierto quiero finalizar con la frase:

    "Nada es lo que parece"

    Me gustaría saber tus opiniones sobre algunas cosas que eh plasmado.

    Un afectuoso saludo. hasta la próxima.

    ResponderEliminar
  4. Muy curioso tu asunto, podría decir que, en cierto modo, más psicológico que real, y más real que circunstancial, comprendo tu problema, pues ciertamente yo también tuve el problema escolar del cabello.
    Así mismo tu justificación (refiérome específicamente a 'opresión y represión ideológica' y 'adoctrinamiento de masas') para no ceder al reglamento (en mi caso a una mera imposición autoritaria sin bases legales, sino más bien de costumbre) podría considerarse, a priori, la misma que la mía.

    Sin embargo, y tomando en consideración todo lo expuesto por tí, ¿no será que te tiendes una trampa a tí mismo? Considerarlo sería bastante hábil.
    Respecto a haber sugerido un salvoconducto, y considerando a la escuela como formadora de ciudadanos (sea cual sea su condición y perfil), y considerando tu punto de vista sobre los esteretipos, que en resumidas cuentas un estereotipo participa, sino que forma parte directamente, en la formación de clases, ¿no representaría precisamente el salvoconducto la distinción entre dos grupos, en este caso, dos clases estudiantiles? Y no radica mi negativa en la división (pues al fin esta existe de facto) sino en las prerrogativas, que finalmente son las que crearían una distinción de iure. Si precisamente en la escuela un campo de preparación, ¿no sería tal distinción, tal prerrogativa, una aristocracia, como la sugirió un curioso amigo heleno? ¿No es una base esencial para lograr la libre expresión, la condición legal igualitaria de los individuos? ¿Al conceder prerrogativas, sin compensación para los desafortunados no agraciados mentalmente, no se está descompensando la balanza legal? ¿No se está dando principio a la represión, a la no consideración de la igualdad legal?

    Sería hábil considerarlo... Al fin y al cabo todo se resume en el verbo 'poder'...

    ResponderEliminar

Comentar es libre y no cuesta una moneda